Queridas hermanas… se termina el mes de mayo y con él, los momentos previos y posteriores a la celebración de apertura de los 125 años de nuestra Congregación.
Aquí, desde Roma, el trabajo del Gobierno General fue la animación y preparación de los diferentes acontecimientos a nivel general para éste hermoso año de aniversario, hasta la celebración en la comunidad. Preparar, significó ver detalles, contactar personas, crear invitaciones, platos, bebidas; para que todo estuviera a punto y a la altura de la celebración.
El día 6 de mayo, en nuestra casa fue un encuentro de alegría festiva, familiaridad, acogida, apertura. La celebración eucarística, estuvo presidida por el P. Alejandro Moral, General de los Padres Agustinos y concelebrada por otros sacerdotes de diferentes congregaciones misioneras. Una reunión intercongregacional e intercultural que le dio un buen gusto a este día.
Hacer memoria de 125 años, llevó a despertar en las hermanas de la comunidad, una gratitud especial a Dios por el testimonio recibido a través de la vida de tantas hermanas a lo largo de la historia congregacional.
Otro acontecimiento que marcó este mes de celebración, fue el participar de la profesión de votos perpetuos de las Hermanas
Anna y Lucia; dos hermanas que con el testimonio de nuestra hermana Martha y de años de compartir comunitario, el día 9 de mayo daban su sí definitivo a Jesús, que las llama cada día a ser mujeres consagradas a su Proyecto, el Reino. Fue un bello día de celebración, integración y alegría.
Leemos este año celebrativo desde la historia como la oportunidad que tenemos de seguir siendo Agustinas Misioneras en proceso de reestructuración, viviendo estos 125 años dentro del marco del año de la Vida Consagrada, con signos profundos de apertura, generosidad, de búsqueda de nuevos caminos y nuevas formas, para responder de manera actual con el carisma donado por el Espíritu a nuestras Fundadoras y que sigue vivo en cada lugar donde nos encontramos.
Esperamos que este año de celebración continúe, no solo por los momentos de celebración determinados, sino motivado especialmente por nuestra espiritualidad de la acogida, la interioridad y nuestro servicio a la Iglesia, como germen que madura para la misión y para el nacimiento de nuevas vocaciones entre nosotras.
Una vez más la comunidad de Roma, agradece tantos gestos de oración y detalles por parte de las diferentes Congregaciones, sacerdotes, laicos que nos acompañan en el camino de la historia.
Y alentamos a las hermanas para continuar participando con fotos, mensajes, videos de todo aquello que se realice en cada rincón de nuestra congregación y a través de la web continuar celebrando.