La Iglesia beatificó el día 8 de diciembre en la ciudad de Orán a 19 religiosos asesinados durante la cruenta guerra civil argelina (1992-2002), en la primera ceremonia de esta naturaleza celebrada en un país musulmán. El acto tuvo lugar en la explanada de la iglesia de Nuestra Señora de la Cruz ante cerca de 1.200 personas y fue oficiada por el cardenal Angelo Becciu, enviado especial del Papa Francisco, explica la agencia EFE.
Durante las más de dos horas y media que duró la misa, se sucedieron momentos de emotividad como cuando se evocó la memoria de Pierre Claverie, arzobispo de Orán, asesinado en 1996. Ferviente defensor del diálogo entre musulmanes y cristianos, el dominico perdió la vida junto a su chófer, Mohamed Bouchikhi, al estallar un bomba en plena calle.
«Pierre Claverei y sus 18 compañeros, fieles mensajeros del evangelio, mensajeros de la paz, merecen que se les llame entre los bienaventurados», dijo en latín el enviado papal ante el aplauso de los asistentes.
En la homilía posterior, monseñor Becciu volvió a recordar que el diálogo es el primer eslabón de la paz y que la iglesia católica «no desea nada más que servir al pueblo argelino».
Antes, el cardenal había leído un mensaje del papa Francisco en el que pontífice, que fue invitado por las autoridades argelinas para presidir el acto, recomendó no olvidar las lecciones del pasado: «Debemos pensar en las heridas del pasado y crear una dinámica nueva de encuentro y convivencia» como seres humanos, dijo el Papa en su mensaje.
«Al recordar la muerte de estas 19 víctimas cristianas, los católicos de Argelia y el mundo quieren celebrar la fidelidad de estos mártires al proyecto de paz que Dios inspira a todos los hombres», añadió.
«Quieren, al mismo tiempo, tomar en su oración a todos los hijos e hijas de Argelia que fueron, como ellos, víctimas de la misma violencia», subrayó en alusión a un «decenio negro» que segó la vida de más de 300.000 personas y dejó decenas de miles de desaparecidos.
Las agustinas misioneras españolas Caridad Álvarez y Esther Paniagua
Una emoción similar recorrió a la amplia delegación española al recordar el martirio de Caridad Álvarez y Esther Paniagua, las agustinas misioneras asesinadas en 1994. Las religiosas fueron abatidas a tiros el 23 de octubre de ese año a la salida de la capilla en la que solían acudir a diario a la eucaristía en la capital.
Su trágica historia se narra en el documental «Cari y Esther, mártires de vida», en el que la superiora provincial de la provincia de San Agustín de las Agustinas Misioneras, María Jesús Rodríguez, deja un relato impactante.
La superiora acompañaba a las dos hermanas en su camino diario desde la sede de la comunidad, el barrio de Bab el Oued, a la capilla el día en el que ambas fueron víctimas de los fanáticos musulmanes.