Adviento y Navidad




















La Navidad es el «Cumpleaños de Jesús»… y la esencia, es que Jesús no quiere ahora descansar en un pesebre, sino en tu corazón, desde la Eucaristía… ¡y esto es realmente real!… verdad de vida (Juan 6:53).
Las Velas de Adviento: Son 4, una para cada domingo. Tres son de color «morado», no alegres, sino de penitencia… y nos indican que tenemos que «limpiar nuestra alma» durante el Adviento, con el arrepentimiento y una buena confesión, porque Jesús no puede estar en un alma sucia por el pecado. La Cuarta es «rosa», alegre, del último domingo, con Jesús llenándote de su amor.
Las Luces: Jesús es «la luz del mundo»… tantas y de tantos colores, son el símbolo del Espíritu Santo de amores, ¡el de las 7 lámparas del Apocalipsis!… y son tantísimas, grandes y pequeñitas, porque son también símbolos de ti y de mi, de cada cristiano, que también somos «la luz del mundo», ¡como Cristo! (Juan 8:12, Apoc.1:13, Mat.5: 14).
Los Villancicos: Parrandas, posadas… son para felicitar a los papás del Niño, a San José y la Virgen, como hacemos en cada nacimiento… y para glorificar el mismo Niño Dios, hecho casi nada por nuestro amor.
El Árbol: Cuando nace un niño, alguien importante es la madre, a quien le llevamos ramos de rosas para felicitarla… pero aquí se trata de la Madre de Dios… así es que no le damos solo un «ramo», sino «un árbol completo», bien adornado… y puesto en el centro de nuestro hogar para decirle a María, «si cuando nació tu Hijo no tuviste sitio en la posada, ¡ven ahora a mi casa!»… y millones de cristianos le ofrecemos a la Virgen María nuestra casa hoy día.
Pesebre: El más importante… Jesús en un pesebre, con la Virgen y San José. La Navidad es una «fiesta familiar».
Entusiasmo: Es la característica de la Navidad. «En theus» quiere decir «en Dios»… cuando se está «en Dios», por fuerza, hay «entusiasmo», alegría, esperanza, ilusión, sueños lindos de amores… ¡de mil colores!…
Un pensamiento: Mientras haya un niño con hambre, o un pobre que no tenga pan, podremos tener fiestas, ¡pero no tendremos Navidad!
La Navidad Diaria: Jesús ahora nos espera cada día en la Eucaristía… y esto no es símbolo, ¡es realmente real!… nuestra Navidad de cada día… saturarnos a diario de entusiasmo, de su amor, gozo paz… ¡y darlo a los demás!…
En Belén, Dios se hizo un niño, no podía hablar, lo tenían que limpiar… ¡un niño, pero era Dios!… ahora en la Eucaristía se hace más humilde todavía, ¡solo vino y pan!… ¡pero es Dios!, exactamente el mismo de Belén… para lo mismo, para llenarnos de su amor… es la ¡locura del amor de Dios! de 1Cor.1:25… ¡y su flaqueza!, añade el mismo verso, ¡más poderosa que el mundo entero!… Jesús está enamorado de ti. Te espera hecho pan y vino cada día. Déjate querer.


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