Celebramos con gozo el nacimiento del Salvador, el Niño Jesús, que viene a iluminar nuestras vidas con su amor y esperanza. María y José nos enseñan a confiar en los designios de Dios, acogiendo con humildad y alegría su presencia entre nosotros.
Que el Señor, en su infinita bondad, nazca también en nuestros corazones y nos haga instrumentos de su paz, generosidad y amor, especialmente hacia quienes más lo necesitan.
Como Agustinas Misioneras, renovamos nuestro compromiso de anunciar su Evangelio y servir con alegría a todos los que Él pone en nuestro camino. Unidos en oración, pedimos que esta Navidad sea un tiempo de gracia, fe y encuentro con el verdadero sentido de la vida: Jesús, nuestro Emmanuel.
Que la Sagrada Familia bendiga sus hogares y les conceda un año nuevo lleno de bendiciones.
Agustinas Misioneras