Como centro educativo:
Conseguir la formación integral de los alumnos mediante el desarrollo armónico de todas sus capacidades físicas, psicológicas, socioculturales y transcendentes.
Fomentar un espíritu crítico ante opciones totalizadoras de la vida.
Crear hábitos de trabajo para poder afrontar nuevas situaciones.
Favorecer la enseñanza personalizada y liberadora, para que nuestros alumnos sean ellos mismos artífices de su propia educación
Como centro educativo católico:
Ofrecer una cultura humana abierta al mensaje de salvación.
Transmitir una educación cristiana que viva personalmente y comunitariamente la fe.
Educar para la libertad, la justicia, la fraternidad y la paz.
Animar toda la actividad pastoral del Centro desde el Departamento de Educación en la fe.
Como centro agustiniano:
Educar para el estudio, la reflexión, y la interioridad.
Hacer del alumno una persona libre, responsable y consciente de sus valores.
Lograr que el alumno, con nuestra cercanía, se sienta satisfecho y feliz en su trabajo.
Iniciar al alumno en la vivencia de la amistad como proceso de apertura a los demás.
Estos valores presuponen los siguientes objetivos actitudinales:
Educar para el estudio, la reflexión y la búsqueda de la verdad, y con ayuda de la gracia, encontrar la Verdad que se revela en Cristo.
Iniciar al alumno, con nuestra cercanía, para que se sienta satisfecho y feliz en su trabajo, en las relaciones con profesores y compañeros y en todas las actividades de la vida del colegio.
Conseguir en nuestros alumnos un deseo de superación, insatisfechos con lo que son, para llegar a lo que aspiran.
Preparar a nuestros alumnos para ser personas libres y responsables, sin tratar de buscar excusas y justificaciones para evitar las consecuencias de sus actos.
Ofrecer y propiciar una vida de fe en Jesús y su Evangelio.
Hacer de nuestros alumnos personas sencillas, que den más importancia al ser que al tener.