Gracias Padre por cada día de luz, de aire, de agua y tierra.
Gracias Padre por hacer feliz a mi familia, mi esposa y por nuestros hijos.
Gracias Padre por la abundancia con que bendices mi hogar, y por
cada uno de los días de vida. Me asusta la tremenda responsabilidad de la educación de mis hijos, por eso Padre te pido:
Dame la fuerza necesaria para perseverar con el ejemplo.
Dame la sabiduría y la humildad para aprender de ellos.
Dame la fortaleza para luchar por ellos.
Dame la alegría para compartir con ellos.
Dame la sabiduría para educarlos.
Gracias Padre que me escuchas y siempre me has escuchado, y has
respondido a mis oraciones.
La muestra de mi gartitud hacia Ti es amarte cada día más, y sobre todo ¡servirte!, y ser de ayuda para Tu obra en este mundo.
Que el amor por Ti sea el que presida la fidelidad que debo vivir cada día de mi vida por Ti.